zambrano
UBICACIÓN
Se trata de la reforma de un local comercial preexistente de 87 m2 en Sevilla, para su posterior apertura. La fachada del inmueble se encuentra orientada al noroeste.
El cliente, ahora dueño del local comercial, compró el inmueble para trasladar su negocio, una ferretería, a esta nueva ubicación. El establecimiento original presentaba deficiencias como falta de almacenamiento, poco espacio para atender a los clientes, y un gran desorden debido a la variedad de productos y tamaños. Por ello, el cliente buscará cambiar la imágen que se asocia a este tipo de establecimientos, ya que además necesita también un lugar decente para atender a clientes de su nuevo negocio de paneles solares. A la vez, buscará un proyecto que no condicione demasiado el local en caso de alquilarlo a otro tipo de negocio.
planimetría
Se iniciará una demolición que da paso a un espacio limpio, de planta rectangular con 5,30 m de ancho y 15 m de profundidad, abierto a la vía pública y ventilado por su fondo a un patio de vecinos. Estas medidas nos permiten compartimentar el negocio en tres zonas: Recepción de Clientes, trabajo y pequeño almacenaje y un almacén. De esta forma, organizamos lo que antes se repartía en un solo ambiente.
Dos de estas zonas se destinan al almacenamiento y por lo tanto, sólo sería visible el primer espacio de 5 x 5 m destinado a los clientes, quedando oculta la mayor parte del local. Por ello, se decide eliminar la separación con el área de trabajo y pequeño almacenaje, de tal manera que no aparecerá un “fondo” hasta alcanzar el almacén, aumentando así la sensación de amplitud y profundidad. Sin embargo, esto provoca que queden expuestas las estanterías y mesas de esta zona, volviendo de nuevo a la sensación de desorden descrita por el cliente. Para solucionarlo, decidimos compactar y organizar tanto el almacenamiento como la mesa en único “mueble”, como si fuera una caja de herramientas. Proponemos la creación de un cubo que albergue cajones de distintos tamaños, armarios y una mesa de trabajo. Así, todo el espacio queda resumido en una caja de aspecto uniforme, que mediante un software desplegará los cajones según la ubicación del producto en cuestión, y que esconderá una mesa de trabajo en uno de sus armarios. La “caja” se situará en el centro de esta zona, por lo que es practicable en todo su perímetro, así como en su interior. Finalmente, se incorporará un almacén para aquellos productos de grandes dimensiones en el fondo del local, accesible con una carretilla desde el ingreso del local.
Atendiendo a la estética del proyecto, se apuesta por materiales de aspecto neutro, siendo un estucado imitación hormigón para las paredes y el falso techo, y un suelo porcelánico cuyo tono y veteado se asemeje a dicho estuco. Esta sensación de continuidad, no se verá interrumpida hasta el almacén, y para preservarla se optará por una fachada de vidrio, atravesada de nuevo por otro cubo que actuará de escaparate. Así, contemplado de frente, la vista será la de una caja blanca, que alberga tres elementos alineados, el escaparate, el mostrador y la “caja”, tratados con la misma materialidad, basada en planchas de acero envejecido que contrasten con la neutralidad de la envolvente. Por último, ya que la pared del almacén actúa como fondo, se opta por una partición de policarbonato, cuya capacidad traslucida aportará brillo a la parte más oscura del local.