La planta baja, con 98 m2 construidos, se divide en dos zonas de distinto carácter correspondientes a las fachadas sur y norte. La primera se trata de la fachada principal de la vivienda frente a la cual se sitúa un patio delantero, capaz de albergar una plaza de aparcamiento. De aspecto sobrio y neutro, el hormigón micropulido contrasta con las tonalidades verdosas de la vegetación de los alcorques. A través de dicho patio se accede a la vivienda, donde se atraviesa en primer lugar un núcleo nocturno compuesto por dos dormitorios y un cuarto de baño, para dar paso a la mitad norte de la planta baja. Esta zona, se encuentra ocupada por la cocina, el salón y el patio trasero. A diferencia de la zona de dormitorios, esta parte presenta un techo a doble altura que permite contemplar la totalidad de la escalera e incorporar al salón la luz procedente de huecos situados en la segunda planta. Paralela y abierta dicha estancia se encuentra la cocina, que cuenta con un punto de luz cenital que aporta calidez a la estancia. Tras ellos se sitúa el patio trasero, destinado al ocio y de carácter privado, cuyo aspecto sencillo de nuevo se resuelve utilizando un estucado blanco roto junto al hormigón micropulido para el pavimento, únicamente interrumpido por la presencia de un olivo y una pequeña piscina.